Único, elegante, sobrio, acogedor, contundente,... estos serían algunos de los calificativos que podrían definir a uno de los grandes clásicos de la decoración y a mi sofá favorito : el chester.
Su clásico diseño british, su personalidad y su línea impecable le permiten integrase en un espacio industrial, clásico o vintage y añadirle elegancia y sofisticación a su decoración.
Sus encantos : respaldo y reposabrazos a la misma altura, su acabado capitoné con pliegues en rombo, sus bordes redondeados, le hacen increiblemente chic.
En texturas, el cuero viejo sigue siendo el protagonista, pero hoy día los podemos encontrar en linos (sencillo y distinto), en terciopelos (cálidos y elegantes).
En cuanto a colores destacan los cueros rojos, blancos y negros para no pasar desapercibidos (si es que eso fuera posible) y también empiezan a encontrarse con alguna alteración en sus líneas originales, para ofrecer más variedad y satisfacer aún más los deseos y exigencias de sus amantes incondicionales.
Absolutamente confortable, acogedor y de tendencia, si no lo podemos tener, al menos podamos ver.....
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