Es una de las últimas tendencias que más adeptos están consiguiendo. El movimiento slow, nacido en EEUU, llegó despacio pero seguro a nuestras vidas hace unos años. Y rápidamente lo instalamos en nuestras casas.
La casa slow está ideada para conseguir nuestra calma mental. En ella la orientación y la ubicación son muy tenidas en cuenta a la hora de su construcción respetando al máximo el entorno.
Prevalece la calidad de los materiales frente a la cantidad, materiales naturales y ecológicos junto con técnicas sostenibles serán la base de todas ellas, y si la construcción no es posible modificarla, estos criterios los aplicaremos a los materiales que utilicemos para su decoración y organización.
La luz natural, el orden y el equilibrio en el interior, el contacto directo con la naturaleza exterior, el predominio de madera, fibras naturales y textiles ecológicos marcarán las pautas para que nuestra casa nos proporcione el bienestar y la calma que tanto buscamos y que no deberíamos perder.
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